Y yo ahora me rio... una risa desganada, carente de alegría, pero una risa al fin y al cabo, que siempre es mejor que un llanto.
Yo desaparezco, pero esta vez de verdad, sin medias tintas, sin esperar a que vuelvas para decirte adios, y por si aún te quedan dudas, como todo lo que dije, esto tambien lo digo en serio... muchas gracias por todo. Como decía una carta anonima que corría por internet, me quedo con los abrazos, con los besos furtivos, con tu calor y con las miradas complices... el resto, la desconfianza, las lagrimas y el olvido, puedes quedartelos tu. No son el mejor regalo que podría hacerte, pero si el único que me sale de dentro.
3 comentarios:
También te puedes quedar con mis calzoncillos viejos. Yo ya no los quiero...
Ahí mi Julio, sutil a la par que discreto... cual vuelo de un ladrillo.
al menos eres sincero, ahora tranquilo, no me quedan dudas...
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